01 julio, 2010

Lima llega al límite

JAVIER SOTA NADAL. EL DECANO DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DEL PERÚ ES PARTÍCIPE DEL DINAMISMO DE LA CONSTRUCCIÓN, SIEMPRE QUE SEA CON CONTROL Y CON NUEVOS ESPACIOS PÚBLICOS

Por: Andrea Castillo Calderón
Miércoles 2 de Junio del 2010
















¿Qué pasa con el espacio urbano en la capital?
Lima experimenta un proceso urbano que comenzó hace veinte años. Con la arquitectura económica de los gobiernos de Alejandro Toledo y de Alan García, los sectores B y C de la población comenzaron a migrar de los conos a la ciudad, dando lugar a un proceso de densificación urbana

¿Y estábamos preparados para ello?
Es un proceso positivo porque el sector construcción y los que se vinculan con él dinamizan la economía, mejoran las condiciones de habitabilidad de las unidades de vivienda y las redes públicas (teléfono, agua, desagüe, seguridad, etc.) y se hacen más eficientes. Pero en ese proceso no se ha añadido un solo metro cuadrado de espacio público a la ciudad.

¿Qué debería ocurrir?
Prever la manera de crear espacios públicos. Una alternativa de solución sería que las municipalidades compren predios urbanos para habilitar plazas y parques, así sean de 300 metros cuadrados.

¿Es un tema de diseño?
No. Es más un problema de inversión. Quien compra un terreno en San Isidro, Miraflores o Barranco busca utilizarlo al máximo para vender, empujando a diseñadores y arquitectos a llevar el proyecto al límite. Se construyen torres muy densificadas, que cumplen el reglamento, pero no conceden nada a la ciudad.

¿No hay creatividad?
La creatividad queda reducida a salientes ridículas o al uso de distintos materiales. Esto es grave y lo es más aun con la legislación vigente de edificaciones y habilitaciones urbanas, como las leyes 29090 y 29476.

¿Cómo afectan estas normas a la ciudad?
Lima es una ciudad importante, como son París, Nueva York o Milán. En esas ciudades los proyectos arquitectónicos son revisados y no hay licencias de construcción automáticas ni silencio administrativo positivo, como ocurre aquí.
Cuidan sus ciudades
Claro, porque hay un equipo técnico que advierte si un proyecto inmobiliario invade el espacio público o no respeta la altura permitida de construcción. Y esto repercute en el número de familias que pueden vivir en un área o en una vía determinada; en la proporción de área verde por habitante…

¿Qué se puede hacer?
Que el control de la ciudad sea más rígido. Normas como las leyes 29090 y 29476 son absurdas. Si no hacemos nada, enfrentaremos la década de la barbarie inmobiliaria. Lima ya es una de las ciudades más complicadas del planeta.

Es un proceso necesario
Y no me opongo a él; Lima tiene que densificarse, pero de manera correcta. La plusvalía urbana debe hacerse efectiva para construir parques en la ciudad. Las empresas construyen sin aportar nada al espacio público. Debería haber una norma para que los alcaldes, en lugar de construir plazas con ornamentos horribles, compren predios para habilitar parques.

¿La legislación no obliga?
Solo en caso de habilitaciones urbanas, pero también hay silencio administrativo. Si el proyecto no es evaluado en el plazo legal, se pueden aprobar iniciativas que no contemplan ese tipo de aportes. Esto también afecta al patrimonio histórico monumental.
También ocurren casos como el del parque Cuadros en Chorrillos
Esto sucede porque los alcaldes creen que la ciudad es su chacra. El parque Cuadros y su pérgola tenían valor histórico, no sabemos qué cosa de dudoso gusto se pondrá allí.

¿Hay intolerancia ante lo que hemos heredado?
Eso es ignorancia. A los alcaldes no los elegimos como urbanistas, arquitectos, pintores o escultores. Ellos tienen que respetar los fueros profesionales.

¿Reinstaurar los concursos públicos de proyectos arquitectónicos sería una solución?
Hemos presentado esa propuesta al Congreso. En el Perú todo se concursa, menos los proyectos arquitectónicos. Debemos acabar con la dedocracia.

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